lunes, 15 de diciembre de 2014

Mis primeros pasos

Ayer aprendí que cuando estás seguro de algo realmente la mente vuela, que cuando queremos algo en serio los posibilidades se dan, la imaginación hace su trabajo y que sin pedirles de forma directa, los planetas se alinean y las circunstancias se dan, que el simple hecho de animarse no solo significa valentía sino arriesgarse a lo que pueda ocurrir, quizás con un poco de miedo pero de esa sensación de miedo es donde se aprende que hay algo más, algo escondido que se puede explorar.
Ayer aprendí que el único fracaso es rendirse, de que no tengo que ser mejor que alguien y jamás compararme salvo con la persona que fui ayer. Que el mayor crecimiento no es usar un par de tacos sino saber utilizar mis sentidos y la humildad como base de todo, pero la humildad real, la que cada uno tiene sin fingirla
Ayer comprendí de que por más que disfrutemos la soledad y el propio silencio, una compañía, una buena compañía, se disfruta más, que aunque haya un silencio entre esas dos almas sigue habiendo comunicación, que si una persona necesita ayuda,le podemos tender una mano sin nada a cambio y que no es malo necesitar o pedir ayuda.
Ayer también descubrí que la puntualidad no solo es buena sino que es necesaria, si bien nadie es indispensable, si en un equipo falta alguien cambia todo, atrasa cosas, da más trabajo y si no es por un caso extremo se puede considerar una falta de respeto hacia uno mismo, hacia los demás, hacia las mismísimas agujas del reloj.
El conocimiento se aprende pero el sabio la emplea en su vida.


Angie Echave

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